viernes, 16 de diciembre de 2016

Centro Ana Frank Argentina.

Después de mucho desearlo, y mucho postergarlo me decidí a visitar el Centro Ana  Frank Argentina, en Buenos Aires. Este centro no es el único en su tipo, ya que es miembro de la Casa de Anne Frank, con base en los Países Bajos. Es el primero en América Latina.
Se sitúa en la calle Superí 2647.
El horario de atención al público es de 14 a 19 horas, de martes a sábados. La entrada general cuesta $50 y, para estudiantes, docente y jubilados, el valor es de $40.
Lo primero que encontramos, una vez pasados el patio y el hall de entrada, es un salón en cuyas paredes hay una linea temporal, que relata tanto el ascenso al poder del nazismo, como la vida de la familia Frank a lo largo de esos años.
Contamos  con la ayuda de una de las guías del museo durante el recorrido.



En las paredes también hay pequeñas urnas con objetos alusivos a la época, como efectos personales de los Frank, publicaciones de la época, y objetos pertenecientes tanto a opresores como a víctimas.


Mantel original de la boda de Otro y Edith Frank
Objetos pertenecientes a la  fabrica donde Otro Frank trabajó.
Estrella de David usada por un judío holandés.

Brazalete original perteneciente a un oficial alemán.

Llaves pertenecientes a casas judíos. Sus dueños las dejaban a manos de personas de confianza, con la esperanza de volver a habitarlas.

Mas tarde, la guía, (cuyo nombre era Muriel, si mal no recuerdo), nos llevo hasta una sala en donde se proyectó un vídeo que resumía lo que habiamos aprendido hasta el momento. Un detalle interesante del mismo fue  una corta filmación donde se puede ver a Ana Frank.

Una de las imagenes de la proyección.

Luego de ver el vídeo, finalmente accedimos una reconstrucción de algunos lugares de la casa que mantenía ocultos a los Frank, los van Pels y el Dr Pfeffer.
Algunas imágenes de la habitación, que reunía detalles de la habitación de Peter, el baño y la cocina.





Una habitación contigua replicaba la habitación que Ana había compartido con "Dussel"



Para terminar, antes de salir definitivamente del Centro, entreviste a uno de los guías voluntarios.

Su nombre es Facundo D Alessio, tiene 16 años, y es guía desde hace un año.
F: Conocí el Centro el año pasado, pero no me anime a hacer el curso ese año, y el primer curso de este año, lo hice.
H: ¿Que fue lo que te impulso a formar parte de este centro?
F: La historia de Ana, y me encanta poder mantener viva su memoria a través de las guías.
H: ¿Que fue lo que más te tocó de la historia de Ana?
F: La valentina o la forma de pensar que ella tenía.
H: Te gusta la historia, entonces.
F: Me encanta la historia, pienso seguir la carrera de historia cuando termine el secundario.
H: ¿Profesor de historia, historiador, licenciado?
F: Las dos cosas me gustaría hacer.
H: ¿Cuales crees que hayan sido las sensaciones de Ana cuando finalmente la encuentran?
F: Yo creo que ella estaba muy exaltada porque sabia que faltaba poco para la liberación, porque ya había empezado el desembarco en Normandia, pero cuando fueron descubiertos el 4 de agosto, creo que todo el mundo que ella creía se derrumbó. Pero al mismo tiempo, estaba muy contenta porque ya podría estar (aunque fuera aprisionada) afuera, poder respirar aire fresco y no sentirse tan encerrada. Su padre, Otto, siempre dijo que en el viaje, desde la estación central de Amsterdam hasta su primer campo, nunca despegó la mirada del paisaje que veía.
H: Ese dato no lo tenía, se ve que te interesa de verdad el tema. Además de Ana ¿cual es el personaje que más te tocó?Es decir, las personas.
F: El rol de los protectores. Son unas de las personas más importantes. Sin ellos, todo lo que sería la subsistencia de los escondidos no hubiera llegado a lograrse. Por ejemplo, Miep Gies era la que se encargaba de comprar toda la comida que necesitaban, Bep Voskuijl se ocupaba de traerles topa, o leche, o lo que necesitaran. Porque aunque ellos (los escondidos) tenían dinero, en alguna parte de esos dos años y medio que estuvieron escondidos, se les fue acabando.Y Miep Gies tenia que juntar no solo para ocho personas, sino para nueve, porque ella también escondía a un judío en su casa.
H: ¿Que pensás de todo este prejuicio que hubo siempre hacia los judios? 
F: Yo creo que es todo un rol de la sociedad, porque siempre hay que echarle la culpa a alguien. Ese fue el caso de Hitler. Además, Hitler era un buen orador, movilizador de masas. El aprovechó ese momento de crisis de Alemania, y sabia a quién culpar. Culpó a la comunidad judía. 
H: ¿Vos crees que estas cosas tan terribles pueden volver a pasar? Campos de concentración, exterminio, y la gente lo aceptaba.
F: Yo creo que puede estar pasando con los refugiados de Siria, en medio de la lucha que hay entre Estados Unidos y Rusia por los territorios de oriente. No creo que no sea tanto como el Holocausto, pero que esta sucediendo, está sucediendo.

Es curioso pensar que el chico entrevistado, tiene casi la misma edad que Ana tenía al morir en Bergen Belsen. Esto nos habla de que su legado no morirá jamás.